miércoles, 12 de octubre de 2011

Maestro - alumno - complicidad

 La voz humana es el instrumento de máxima capacidad expresiva. Es la forma en que materializamos nuestros pensamientos y dejamos ver nuestras emociones y dentro del proceso de crecimiento la vamos descubriendo en la medida en que nos relacionamos con el entorno. 
Son muchos los géneros: ópera, oratorio, música de cámara en sus diversas expresiones, canción, diversos tipos de conjuntos vocales, música antigua, música contemporánea y también música popular y folclórica.
La técnica de canto y por lo tanto también la formación de cantantes, se basa en dos puntos principales. La respiración baja, diafragmática o costo abdominal  y la relajación de las musculaturas desde las costillas hacia arriba, es decir las musculaturas torácicas, cervicales, de la garganta y faciales. Todo lo demás varía mucho, de acuerdo a las características de las personas. Incluso varía la manera de acercarse a estos puntos mencionados y de hacerlos funcionar correctamente. La respiración, el apoyo, la presión de aire subglótica, el flujo de aire que lleva el sonido a los resonadores, el manejo de la cavidad de emisión, etc., son nociones muy difíciles de definir. Para explicarlas y llevarlas a la práctica, hablamos de sensaciones, que no siempre corresponden a la realidad fisiológica. Por ejemplo, la sensación durante una correcta respiración, es la del ensanchamiento de la musculatura costo abdominal. Hablamos, por eso, de respiración costo abdominal o diafragmática, siendo que esa sensación es consecuencia de la completa expansión de los pulmones, único verdadero órgano respiratorio, el que sin embargo no sentimos. Hablamos entonces de respiración costo abdominal, intercostal o diafragmática, de acuerdo a la mayor o menor utilización y expansión de los pulmones. Y estas sensaciones varían mucho de una persona a otra.
Cada cantante, cada alumno de canto, es diferente, que además lleva el instrumento inserto en su cuerpo, con características fisiológicas y psicológicas propias. El maestro debe tratar de sentir en su propio cuerpo lo que enseña. Esto requiere por un lado una enorme concentración y por el otro una mente muy abierta de ambos participantes, maestro y alumno. Y requiere también un grado de confianza y de amistad.
Yo creo que un maestro de canto debe ser un guía que ayude al alumno a explorar caminos hasta encontrar finalmente el correcto, el que le permita a ese  cantante desarrollar su voz hacia un rendimiento máximo en belleza, agilidad, capacidad de modulación, proyección, dinámica y juego,  siempre sin forzar el instrumento. Eso significa una concentración por parte  del maestro durante las vocalizaciones que el alumno realiza, especialmente cuando se trata de alumnos principiantes.
Para concluir debe haber una integración del juego, la creatividad y el desarrollo personal, el camino ideal para liberar la voz.